Corta
una patata por
la mitad y con la punta de un cuchillo, haz
un sello en
forma de estrella, cuadrado, círculo o lo que quieras. Usapintura
de dedo para que
los niños estampen cenefas o decoren papeles de colores con su
sello. Las esponjas también
dejan bonitos dibujos cuando se usan para estampar. Los deditos o la
mano completa impregnados en pintura de dedo se transforman en copas
de árboles o pétalos de flores cuando se usan como tampón.
Este
juego es muy divertido. Esconde
en una bolsa un
peine, un lápiz, un plátano o una pelota. El niño tiene que tocar el
objeto pero no verlo. Luego, le pides que dibuje lo que ha sentido.
Tan importante como lo que dibuja es lo que cuenta de la
experiencia.
Este
juego se puede hacer con un niño o dos pero es más divertido cuando
hay varios de distintas edades. Pide a los niños que coloquen sus
manos y luego sus pies sobre
una cartulina. Traza una línea en torno y recorta las siluetas.
Júntalas y pide a los niños que encuentren las suyas
superponiéndolas sobre sus manos y pies.
La pasta en
forma de estrellas, fideos, lentejas, azúcar o sal gorda te servirán
para conseguir la textura. Delimita zonas en una cartulina blanca y
recubre con pegamento. Pide a los niños que cubran las partes del
dibujo con este material. Deja secar y al día siguiente, se pueden
pintar con pintura de dedo.
Coloca objetos
finos -monedas,
hojas, tarjetas...- debajo de una o varias hojas de papel en blanco.
Pega el papel con celo sobre la mesa. El niño tiene que pintar por
encima con cera y adivinar lo que hay debajo del papel.
Esta
actividad puede ensuciar
bastante. Cubre
la mesa con papel de periódico y viste al niño con una camiseta
vieja. Dobla
varios folios blancos
por la mitad y rellena unos cuencos con
pintura de colores diferentes. Dale
al niño un trozo de cuerda y dile que la moje en pintura y la deje
caer en la hoja de papel formando bucles. Luego, se dobla el papel
por la mitad marcada para que se imprima la cuerda por ambos lados y
se levanta con cuidado. Se repite la operación con los demás
colores. Si el niño es muy pequeño, conviene usar un solo color a la
vez para hacérselo más fácil.
Diluye pintura
en agua y deja
caer una gota en un folio. Con ayuda de una pajita, el niño debe
desplazar la pintura formando formas extrañas. Se repite la
operación con varios colores. El resultado puede servir para forrar
objetos, hacer marcos o servir como fondo de otro trabajo.
Es
un bonita manera de completar un dibujo o collage o hacer un fondo. Un
cepillo de dientes viejo servirá para proyectar pequeñas
cantidades de pintura sobre un papel. Si usas plantillas u otros
objetos como hojas o cualquier objeto y pulverizas en torno, los
resultados pueden ser muy vistosos.