La
psicomotricidad es una disciplina que convierte el
movimiento en un medio de comunicación tan poderoso que no
sólo sirve para transmitir sentimientos, sino también para
desinhibir al niño, desarrollar su intelecto y
proporcionarle la oportunidad de controlar sus desajustes
emocionales. La utilización del propio cuerpo es un aspecto
básico del descubrimiento personal que tienen que realizar
las niñas y niños menores de seis años. La importancia de un
adecuado desarrollo psicomotriz es incuestionable. A través
del movimiento, la niña y el niño van organizando
mentalmente el mundo exterior que les rodea. En el aula de
psicomotricidad adquieren nociones espaciales, temporales,
de lateralidad, relativas a su cuerpo, a los objetos, a
situaciones que les facilitan la adquisición de nuevos
aprendizajes y al desarrollo de sus capacidades.
Hasta
el siglo XX no se reconoce la vertiente psicológica de la
psicomotricidad, pero, poco a poco, va adquiriendo una nueva
concepción: “la educación integral del individuo”. La
educación picomotriz, estará ya vinculada a una corriente
pedagógica que tratará la educación corporal de manera
globalizada.
La
Educación Infantil adquiere importancia por sí misma si se
respetan las peculiaridades y características propias de
este ciclo educativo en cuanto a su funcionamiento,
metodología y diferencias que existen en relación con otros
tramos de la educación. Se trata de dotar al alumnado de las
competencias, destrezas, hábitos y actitudes que puedan
facilitar su posterior adaptación a la Educación Primaria.
En Aladern se tiene en cuenta el desarrollo personal de
cada niño, tanto físico, psíquico y emocional. Se respeta
la maduración personal de cada niño de manera individual.
A
través del movimiento se va organizando mentalmente el mundo
exterior por lo que las actividades de psicomotricidad en la
Educación Infantil van encaminadas a conseguir, con el
movimiento físico, la activación de lo mental. Hay un
estrecho paralelismo entre el desarrollo de las funciones
motrices, del movimiento y de la acción, y el desarrollo de
las funciones psíquicas. El niño/a, con las actividades de
psicomotricidad, adquiere nociones espaciales, temporales,
de lateralidad, relativas a su cuerpo, a los objetos, a
situaciones que le facilitan la adquisición de nuevos
aprendizajes, desarrolla sus capacidades.
El
dominio corporal es el primer elemento del dominio del
comportamiento.
El niño/a a través de las conductas motrices y perceptivas motrices adquiere las destrezas necesarias para conseguir aprendizajes:
1. A través de las conductas motrices
a Organización del esquema corporal: percepción y control del cuerpo, relajación, equilibrio, respiración, etc.
b Organización dinámica general: saltos, marchas, etc.
c Coordinación viso-manual.
2. A través de las conductas perceptivas motrices
a Organización espacial del esquema corporal y su orientación, representación y expresión gráfica.
b Ritmo y actividad motriz.
c Organización y estructuración del tiempo.
d La percepción por los sentidos: color y sonido.
La intervención educativa en materia psicomotriz irá encaminada hacia el siguiente tipo de actividades:
Situaciones de contacto físico con otros niños/as y con adultos, juegos colectivos en los que hay que seguir normas, trabajo de postura, el tono, el movimiento, que le permitirán un mayor autocontrol y conocimiento de sí mismo.
Observación y exploración sensorial como medio de conocimiento del propio cuerpo y de los demás, en un contexto de respeto a la individualidad de cada uno, favoreciendo actitudes contrarias a la discriminación y a los estereotipos de cualquier género.
Juegos de construcción, de montaje y desmontaje, puzzles y rompecabezas que, además de los contenidos específicos, trabajan la precisión de movimientos, lo que repercutirá en la motricidad fina y por tanto en todas las actividades de representación gráfica. Esta actividad también la trabajamos en el aula, reforzando los objetivos a conseguir.
Entre
los criterios metodológicos y orientaciones didácticas que
puedan contribuir a una mejor realización de las sesiones de
psicomotricidad en Educación Infantil podemos destacar:
Las actividades de psicomotricidad han de ser diarias.
Se pueden realizar en un espacio cerrado o al aire libre.
Los espacios deben ser amplios y no presentar peligros.
Los niños/as deben llevar calzado y ropa adecuada.
Debemos respetar tres fases fundamentales en las sesiones: fase inicial o calentamiento, fase principal, fase final o vuelta a la calma.
Las actividades se realizarán en forma de juego, con carácter lúdico (aprendizajes significativos).
En los juegos colectivos se irán introduciendo normas y pautas nuevas (mayor capacidad de coordinación y control dinámico).
En los primeros años de la etapa de Educación Infantil, es de gran importancia la relación afectiva y corporal entre educador/a y niño/a.
De cara al descubrimiento del propio cuerpo, las actividades de observación y exploración sensorial son de gran utilidad.
Con respecto a la evaluación, decir que la principal técnica de evaluación será la observación, la recogida sistemática de datos cobrará vital importancia, y por último hay que destacar la importancia de la observación para la detección precoz de aquellos desajustes que pudieran presentarse en torno a las capacidades motrices, con el fin de adoptar las medidas adecuadas y evitar que los problemas se agraven o instalen de forma definitiva.
Un
buen trabajo psicomotriz en la Etapa de Educación
Infantil nos va a asegurar una evolución adecuada para
realizar determinadas acciones y movimientos, así como
la representación mental y conciencia de los mismos,
preparando con éxito al niño/a para siguiente etapa
educativa.