El Aparato
Urinario,
es el conjunto de órganos que producen y excretan orina, el
principal líquido de desecho del organismo. En la mayoría de
los vertebrados los dos riñones filtran todas las sustancias
del torrente
sanguíneo;
estos residuos forman parte de la orina que pasa por los
uréteres hasta la vejiga de forma continua
Después
de Almacenarse
en la vejiga la
orina pasa por un conducto denominado uretra hasta
el exterior del organismo. La salida de la orina se produce
por la relajación involuntaria de un músculo:el esfínter
vesical que
se localiza entre la vejiga y la uretra, y también por la
apertura voluntaria de un esfínter
en la uretra.
A los niños pequeños, antes de aprender a controlar el
esfínter urinario, se les escapa la orina en cuanto se llena
la vejiga. Muchos niños mayores y adultos padecen un
trastorno denominado enuresis,
en el que el afectado no puede controlar el esfínter
urinario, y cuyo origen puede deberse en algunas ocasiones a
un desequilibrio emocional.
El
miedo o temor pueden producir enuresis temporal. En
los ancianos ciertos tipos de degeneración del sistema
nervioso provocan incontinencia urinaria. La incapacidad
para eliminar la orina almacenada puede deberse a un espasmo
del esfínter urinario, al bloqueo del esfínter por un
cálculo, a una hipertrofia de la próstata en varones o a una
pérdida del tono muscular en la vejiga después de un shock o
intervención quirúrgica. La retención de orina puede
originarse también por una lesión nerviosa donde la médula
espinal resulte afectada o una esclerosis múltiple.
Su
Función es la Elaboración de Orina. En el ser
humano, los riñones se sitúan a cada lado de la columna
vertebral, en la zona lumbar, y están rodeados de tejido
graso, la cápsula adiposa renal. Tienen forma de judía o
frijol, y presentan un borde externo convexo y un borde
interno cóncavo. Este último ostenta un hueco denominado hilio,
por donde entran y salen los vasos sanguíneos. En el lado
anterior se localiza la vena renal que recoge la sangre del
riñón, y en la parte posterior la arteria renal que lleva la
sangre hacia el riñones. Más atrás se localiza el uréter, un
tubo que conduce la orina hacia la vejiga.
El
Hilio Nace de una Cavidad más Profunda, el
seno renal,
donde el uréter se ensancha formando un pequeño saco
denominado pelvis
renal.
En su interior se distinguen dos zonas: la corteza
renal,
de color amarillento y situada en la periferia, y la médula
renal,
la más interna; es rojiza y presenta estructuras en forma de
cono invertido cuyo vértice termina en las papilas renales.
A través de estas estructuras la orina es transportada antes
de ser almacenada en la pelvis renal.
La
Unidad Estructural y Funcional del Riñón es la Nefrona,
compuesta por un corpúsculo
renal,
que contiene glomérulos, agregaciones u ovillos de
capilares, rodeados por una capa delgada de revestimiento
endotelial, denominada cápsula
de Bowman y
situada en el extremo ciego de los túbulos renales. Los
túbulos renales o sistema
tubular transportan
y transforman la orina en lo largo de su recorrido hasta
los túbulos
colectores,
que desembocan en las papilas renales.
La
Orina se Forma en los Glomérulos y Túbulos Renales,
y es conducida a la pelvis renal por los túbulos colectores.
Los glomérulos funcionan como simples filtros a través de
los que pasan el agua, las sales y los productos de desecho
de la sangre, hacia los espacios de la cápsula de Bowman y
desde allí hacia los túbulos renales. La mayor parte del
agua y de las sales son reabsorbidas desde los túbulos, y el
resto es excretada como orina. Los túbulos renales también
eliminan otras sales y productos de desecho que pasan desde
la sangre a la orina. La cantidad normal de orina eliminada
en 24 horas es de 1,4 litros aproximadamente, aunque puede
variar en función de la ingestión de líquidos y de las
pérdidas por vómitos o a través de la piel por la
sudoración.
Los
Riñones También son Importantes para mantener el
balance de líquidos y los niveles de sal así como el
equilibrio ácido-base. Cuando algún trastorno altera estos
equilibrios el riñón responde eliminando más o menos agua,
sal, e hidrogeniones (iones de hidrógeno). El riñón ayuda a
mantener la tensión arterial normal; para ello, segrega la
hormona renina y elabora una hormona que estimula la
producción de glóbulos rojos (eritropoyetina).
La
Nefritis, o Inflamación del Riñón, es una de
las enfermedades renales más frecuentes. Sus características
principales son la presencia en la orina, en el examen
microscópico, de albúmina (lo que se denomina albuminuria),
hematíes y leucocitos, y cilindros hialinos o granulosos. Es
mucho más frecuente en la infancia y adolescencia que en la
edad adulta.
La
Forma más Común de Nefritis es la
glomerulonefritis, que aparece con frecuencia entre las tres
y las seis semanas después de una infección estreptocócica
debido al mecanismo inmunológico (anticuerpos frente al
estreptococo que dañan proteínas específicas del glomérulo)
(véanse conceptos básicos del sistema inmunológico). El
paciente sufre escalofríos, fiebre, cefalea, dolor lumbar,
hinchazón o edema de la cara, en especial alrededor de los
ojos, náuseas y vómitos. La orina puede ser escasa y de
aspecto turbio. El pronóstico suele ser positivo y la
mayoría de los pacientes se recuperan sin secuelas, aunque
en algunos casos evolucionan hacia una nefritis crónica. En
este tipo de nefritis la lesión renal progresa durante años
en los que el paciente está asintomático. Sin embargo, al
final hay uremia (urea en sangre) e insuficiencia renal.
Existe además otro grupo de glomerulonefritis de causa
desconocida, quizá autoinmune, que tienen peor pronóstico y
evolucionan con más rapidez hacia la insuficiencia renal.
Otro
Trastorno Frecuente es el denominado
síndrome nefrótico,
en el que se pierden grandes cantidades de albúmina por la
orina debido al aumento de la permeabilidad renal, con edema
generalizado, aumento del colesterol en la sangre y un flujo
de orina casi normal.
La
Hidronefrosis es el resultado de la obstrucción del
flujo de orina en la vía excretora, que casi siempre es
consecuencia de anomalías congénitas de los uréteres o de
una hipertrofia prostática.
La
Nefroesclerosis, o endurecimiento de las pequeñas
arterias que irrigan el riñón, es un trastorno caracterizado
por la presencia de albúmina, cilindros, y en ocasiones
hematíes o leucocitos en la orina (hematuria y
leucocituria). Por lo general se acompaña de enfermedad
vascular hipertensiva. La lesión fundamental es la
esclerosis de las pequeñas arterias del riñón con atrofia
secundaria de los glomérulos y cambios patológicos en el
tejido intersticial.
Los
Cálculos Renales, o Piedras en el Riñón, se pueden
formar en éste o en la pelvis renal por depósitos de
cristales presentes en la orina. La mayoría de ellos son
cristales de oxalato de calcio. La infección o una
obstrucción, pueden desempeñar un importante papel en su
formación. En algunas ocasiones aparecen cuando el nivel de
calcio en la sangre se eleva de forma anormal como en los
trastornos de las glándulas paratiroides. En otros casos
aparecen cuando el nivel de ácido úrico en la sangre es
demasiado alto (véase Gota), por lo general debido a una
dieta inadecuada y un consumo excesivo de alcohol. La
ingestión excesiva de calcio y oxalato en la dieta, junto
con un aporte escaso de líquidos, pueden favorecer también
la aparición de cálculos. Sin embargo, en la mayoría de los
casos la causa es desconocida.
Los
Cálculos Pueden Producir Hemorragia, infección
secundaria u obstrucción. Cuando su tamaño es pequeño,
tienden a descender por el uréter hacia la vejiga asociados
con un dolor muy intenso. El dolor cólico producido por los
cálculos requiere tratamiento con analgésicos potentes o
espasmolíticos, y puede aparecer de forma súbita tras el
ejercicio muscular. Una vez que el cálculo alcanza la
vejiga, es posible que sea expulsado por la orina de forma
inadvertida, desapareciendo el dolor. Si el cálculo es
demasiado grande para ser expulsado, es necesario recurrir a
la cirugía o a la litotricia, procedimiento que utiliza
ondas de choque generadas por un aparato localizado fuera
del organismo, para desintegrar los cálculos.
La
Uremia es la intoxicación producida por la
acumulación en la sangre de los productos de desecho que
suelen ser eliminados por el riñón. Aparece en la fase final
de las enfermedades crónicas del riñón y se caracteriza por
somnolencia, cefalea (dolor de cabeza), náuseas, insomnio,
espasmos, convulsiones y estado de coma. El pronóstico es
negativo, sin embargo, el desarrollo de las diferentes
técnicas de diálisis periódica en la década de 1980, cuyo
objetivo es eliminar de la sangre los productos de desecho y
toxinas, y la generalización de los trasplantes de riñón han
supuesto un gran avance para estos pacientes.
La
Pielonefritis es una Infección Bacteriana del Riñón.
La forma aguda se acompaña de fiebre, escalofríos, dolor en
el lado afectado, micción frecuente y escozor al orinar. La
pielonefritis crónica es una enfermedad de larga evolución,
progresiva, por lo general asintomática (sin síntomas) y que
puede conducir a la destrucción del riñón y a la uremia. La
pielonefritis es más frecuente en diabéticos y más en
mujeres que en hombres.
El
Tumor de Wilms, que es un tumor renal muy maligno,
es más frecuente en los niños pequeños. Los últimos avances
en su tratamiento han conseguido la curación de muchos niños
con esta enfermedad. En el lupus eritematoso sistémico, que
afecta sobre todo a mujeres en la cuarta década de la vida,
el organismo produce anticuerpos que lesionan el riñón.